Cuba se levanta esta mañana de jueves con un nuevo presidente democráticamente electo, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez. La inteligencia, honestidad, seriedad y vínculo del mandatario con el pueblo son palpables en una serie de instantáneas históricas, archivadas por varios periódicos y que compartimos desde varias plataformas.
Las calles de Guantánamo en la cotidianidad reposada de cada día, bajo el sol inclemente de estas fechas, es quizás la muestra más fehaciente de que el tránsito de poder en el país no tiene el signo de la quebradura sino la fuerza maleable de la continuidad.
La historia de los cubanos no acabó el 1 de enero de 1959. Tampoco en los años aciagos de la década del 90 con la caída del Socialismo en Europa del Este; en los albores del siglo 21 con la enfermedad de Fidel o después, en noviembre del 2016, con su deceso físico.
No termina nuestra historia este 19 de abril, preñado de trascendencias y significaciones que nos confirman una vez más que la Revolución es una cadena de consecuciones interminables y que no son los hombres sino los pueblos los verdaderos protagonistas del recuento del pasado.
El General de Ejército comienza su discurso de clausura de esta sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba rememorando la victoria de Cuba durante la invasión mercenaria por Playa Girón. Ese momento revistió una gran importancia, en especial cuando Fidel declaró el carácter socialista de la Revolución, destacó.
También señaló lo oportuno de reconocer el trabajo desarrollado por las comisiones electorales y de candidaturas a todas las instancias, así como del conjunto de instituciones que colaboraron para el buen desempeño de las elecciones. Igualmente felicitó las elecciones de la Asamblea Nacional para el Consejo de Estado del país.