El venidero primero de diciembre el pueblo de Guantánamo festejará el aniversario 150 del otorgamiento del Título de Villa por la Corona Española al caserío que emigrantes catalanes y franceses fundaron a orillas del río Guaso, en los albores del siglo XIX.
Uno de los responsables históricos del secular atractivo de la hoy sexta urbe más poblada del país es el arquitecto José Leticio Salcines, quien imprimó aires de modernidad citadina desde principios de la pasada centuria, de lo cual dan fe la Casa Parroquial y el Palacio Familiar que ostenta su apellido, centenaria edificación de tres niveles y referente de la parquedad catalana del centro histórico de la Villa.
La localidad es ruta de enlace con Baracoa, la Ciudad Primada de Cuba; el Parque Nacional Alejandro de Humboldt y el único zoológico de piedras del mundo, entre otros atractivos.
En el territorio también descuellan las ruinas de los cafetales franceses, compartidas por las montañas del Grupo Sagua-Baracoa con la Sierra Maestra.
Atesora además la urbe manifestaciones religiosas, musicales, danzarias, literarias y de las artes plásticas, junto a sus costumbres y tradiciones, entre las que se distinguen expresiones artísticas bicentenarias, como el Changüí y la Tumba Francesa, y la propia idiosincrasia del guantanamero.
La antigua Plaza de Armas (hoy parque José Martí) y la del Mercado, deleitan la pupila, así como el peculiar trazado ortogonal de calles y numerosas edificaciones evidencian el ejercicio de cuantos estilos constructivos han existido, aunque subordinados al eclecticismo.
Como constituye tradición, desde 1995, la Asamblea Municipal del Poder Popular (AMPP) evocará la efeméride, con la tradicional sesión solemne en la emblemática Plaza 24 de febrero, durante la cual se otorgarán a distinguidas personalidades la estatuilla de la Fama, Símbolo de la Ciudad, y otros reconocimientos.
Con motivo de la fecha, la AMPP convocó igualmente al concurso Sabores de mi ciudad, del cual resultaron premiados los platos pollo deshuesado relleno con arroz y vegetales, bañado con mezcla de chocolate y queso gratinado, el postre Guantánamo Musical y el cóctel Taita.
En sus 150 años, la “aldea”, como la llamara Regino Eladio Boti, poeta mayor de Guantánamo, en uno de sus más conocidos versos, realza su atractivo que seduce al visitante de otras provincias o latitudes.
