Cada 18 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Protección de la Naturaleza, efeméride que insta a reflexionar acerca de las prácticas nocivas al entorno como la contaminación de la atmósfera, la dilapidación de los bosques, agua y suelos, la pérdida de la flora y fauna por acciones indolentes de los seres humanos.
El Planeta Tierra, casa de todos, cada año se estremece con la indiscriminada perforación de pozos para extraer petróleo, la tala de los árboles, los incendios forestales, el vertimiento de desechos a los ríos y mares y otros manejos inadecuados cuyas consecuencias no se hacen esperar.
Por eso la comunidad científica internacional se alarma con el agotamiento de la capa de ozono, los crecientes efectos del cambio climático y otros impactos negativos al medio ambiente. Son resultados de las actitudes negligentes del hombre y la sed de extraer riquezas de la naturaleza para el bien personal de algunos y no el bienestar de muchos. No en vano sentencia un proverbio indígena que el dinero no se come, una alusión directa a la triste realidad de perder los recursos naturales y sumir a innumerables personas en el hambre y la pobreza. Todo por las ambiciones y el poder.
A este panorama mundial no escapan Guantánamo ni el resto de Cuba. Aunque en este archipiélago las instituciones científicas promueven el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de correctas políticas ambientales, a nivel individual falta conciencia ecológica y responsabilidad en el accionar cotidiano.
Cuidar la naturaleza implica un comportamiento consciente con el ambiente no sólo físico sino psico social, es no respirar contaminación, no maltratar los animales y aprovechar el agua al máximo, este último uno de los recursos que se agotan en el planeta.
Es no echar desechos en las calles ni en las márgenes de los afluentes que contaminan sus aguas y erosionan los suelos como sucede en el río Guaso, donde durante la Jornada por el Medio Ambiente este año se realizó un saneamiento integral por la cantidad de residuos que vierte allí la comunidad.
Lloran ante nuestros ojos las bolsas de nylon, animales muertos y otros desechos tirados en las esquinas, el borde de las vías, mientras muchos pasan abstraídos en sus pensamientos o con mirada indiferente ante una contaminación del entorno que afecta a todos.
Proteger la naturaleza también exige no talar los árboles y no encender fuegos sin la debida prevención en el bosque, pues está demostrado que el 90 por ciento de los incendios forestales son provocados por personas que no manejan el fuego de manera adecuada.
Por otra parte, la extracción ilegal de arcilla y arena de una manera inadecuada para la producción de ladrillos y bloques es otro ejemplo de acciones que dañan los ecosistemas y el medio en general.
Vivir en un entorno agradable para sí y los demás es coexistir en un ambiente sano y armónico. Exige además una mirada sensible y agradecida ante todos los recursos que nos regala la madre naturaleza. Cuidar hoy el medio es aportar por un futuro mejor para las próximas generaciones y apostar por la vida.