11 de abril; el símbolo de independencia que aún perduraGuantánamo.- El 11 de abril de 1895 marcó un momento decisivo en la lucha por la independencia de Cuba. En esa fecha, dos figuras fundamentales de la historia cubana, José Martí y el General Máximo Gómez, desembarcaron junto a otros patriotas por Playita de Cajobabo, en Imías, Guantánamo, para unirse a la lucha armada en contra del yugo español que se había reiniciado el 24 de febrero de ese mismo año.

Martí, el Delegado del Partido Revolucionario, había dedicado gran parte de su vida al propósito de liberar a su patria del dominio colonial; no era solo un político sino también un pensador, escritor, poeta cuya obra ha trascendido las fronteras del tiempo.

Gómez, por su parte, era un experimentado militar de origen dominicano que había luchado en la Guerra de los Diez Años, el primer gran intento de independencia cubana que tuvo lugar entre 1868 y 1878. Era conocido por su habilidad estratégica y su capacidad para inspirar a los hombres en batalla.

El desembarco en Cajobabo no fue fácil. Martí, Gómez y sus compañeros enfrentaron un mar agitado, que casi les cuesta la vida, pero su determinación era inquebrantable y su llegada a Cuba fue un poderoso símbolo de compromiso y esperanza para los cubanos que ansiaban la independencia.

Una vez en tierra,  se unieron a otros patriotas y comenzaron la ardua tarea de organizar la guerra de independencia. Martí no viviría para ver el fruto de sus esfuerzos; murió en combate poco más de un mes después, el 19 de mayo de 1895. Sin embargo, su legado perduró y fue una fuente de inspiración para la causa independentista, como lo sigue siendo hoy.

El desembarco de Cajobabo es recordado como un acto de valentía y un punto de inflexión en la historia de Cuba. La determinación de Martí y Gómez y su deseo de ver a Cuba libre de la opresión colonial, sigue siendo un ejemplo del espíritu indomable que caracteriza a la nación cubana.

En el alba del once de abril,

en Cajobabo, la historia se escribió,

José Martí y Máximo Gómez llegaron allí,

con el sueño de libertad que los unió.

En las playas de Cuba, la esperanza floreció,

los corazones ardían con pasión,

por la patria, por la libertad que se anheló,

unidos en un mismo propósito, en una misma canción.

 

Martí y Gómez, dos titanes de la lucha,

con valentía y determinación,

desembarcaron en aquella madrugada oscura,

dispuestos a enfrentar cualquier adversión.

Cajobabo fue testigo de su arribo,

de la chispa que encendió la revolución,

unidos en un abrazo fraternal y vivo,

con la certeza de que juntos vencerían la opresión.

 

Once de abril, fecha inmortal en la memoria,

donde dos gigantes se encontraron en el camino,

para luchar por la libertad y la gloria,

por un futuro mejor para su pueblo cubano.

 

Que en cada once de abril recordemos su gesta,

su valentía, su sacrificio y su amor,

y sigamos su ejemplo con firmeza y protesta,

hasta alcanzar la libertad y el honor.