Guantánamo – Hasta el triunfo de la Revolución en 1959, en Cuba la poliomielitis era un mal endémico que dejaba cada año a unos 300 menores sufrir de parálisis después de contagiarse con la enfermedad, otros morían por esa causa.
Es en 1962 cuando la campaña de inmunización contra la polio marca el inicio de un largo camino para transformar aquel triste panorama y así reducir el cuadro de morbilidad y mortalidad por esa enfermedad que tanto sufrimiento causó a familias enteras.
Nacía así una campaña que movilizó en todo el país a cien mil integrantes de los Comités de Defensa de la Revolución encargados de realizar el censo en la población y registrar en aquel entonces a menores desde un mes de nacidos hasta los 14 años de edad.
También participaron colaboradores de países como la antigua Unión Soviética, que brindó a Cuba las vacunas necesarias y Checoslovaquia que ofreció ayuda técnica desde los laboratorios de virología del Instituto de Epidemiologia y Microbiologia de Praga, donde se realizaron los primeros estudios sero lógicos, luego serían en Cuba con prestigiosos científicos.
En Guantanámo como el resto del país los cederistas y federadas ofrecieron sus locales de trabajo porque aún no existían los consultorios médicos de la familia, creados años más tarde, sin embargo se apostaba desde esa época por la prevención y lograr que la mayor de las Antillas exhiba coberturas superiores al 98 por ciento de vacunación y un elevado nivel inmunitario de sus pobladores .
Resultado que se espera una vez más al concluir el próximo 3 de mayo la semana de recuperación de la 64 campaña de vacunación contra la polio, y así lograr que no quede un solo menor sin recibir el inmunógeno.
De esta manera en Guantanámo se prevé vacunar a unos 16 mil niños de un mes de nacidos y sin cumplir los tres años de edad, beneficio que llega hasta las zonas más alejadas de la Ciudad Capital,
Sin dudas constituye una esperanza de vida en medio de tantas limitaciones económicas y para reafirmar una vez más que la salud pública cubana posee un alto valor humanístico y sanitario.