Despegó en Italia el primer robot volador del mundo, denominado iRonCub3, lo que marcó un hito en el desarrollo científico y tecnológico de este país, destaca hoy un comunicado.

Una nota divulgada en el sitio informativo del canal televisivo Rai News señala que este éxito fue resultado de un proyecto iniciado hace dos años por un equipo de investigación del Laboratorio de Inteligencia Artificial y Mecánica (AMI) del Instituto Italiano de Tecnología (IIT), con sede en la norteña ciudad de Génova.

“Se trató de una investigación radicalmente diferente de la robótica humanoide tradicional” destacó Daniele Pucci, director del AMI y principal creador del iRonCub3, quien indicó que el robot, en esta primera prueba, logró volar a 50 centímetros de altura, lo que representa un avance significativo.

En estos trabajos participaron además expertos del Laboratorio de Aerodinámica del Politécnico de Milán, donde se realizaron las pruebas en el túnel de viento, así como de la Universidad de Stanford, donde se utilizaron algoritmos de aprendizaje profundo para identificar modelos aerodinámicos.

El robot iRonCub3 tiene cuerpo y cara similares a las de un niño, con un peso de unos 70 kilogramos, y está equipado con cuatro motores a reacción, dos montados en los brazos y dos en una mochila ubicada en la espalda.

La incorporación de esos motores requirió modificaciones adicionales en la estructura física del robot, incluyendo elementos de titanio que actúan como columna vertebral y cubiertas resistentes al calor, ya que la temperatura de los gases de escape puede alcanzar los 800 grados.

“Nuestros modelos incluyen redes neuronales entrenadas con datos simulados y experimentales, y están integrados en la arquitectura del software de control del robot para garantizar un vuelo estable”, afirmó el experto Antonello Paolino, uno de los principales impulsores de este proyecto.

En tal sentido, “cuenta con sistemas de control basados en Inteligencia Artificial que le permiten volar gestionando flujos de aire turbulentos a alta velocidad y temperaturas extremas”, aseveró Paolino, quien consideró que “los resultados de la investigación pueden transferirse a otros robots con morfologías no convencionales”.

Estos robots voladores podrían utilizarse en la exploración de entornos extremos, como el espacio, las profundidades marinas y los volcanes, así como para la monitorización de infraestructuras complejas, incluidas las presas, centrales eléctricas y puentes, además de en intervenciones ante crisis ambientales o industriales,

En tal sentido, entre las entidades más interesadas en estos equipos se encuentran las agencias espaciales, industrias energéticas, sistemas sanitarios y las fuerzas del orden.

En los próximos meses, los experimentos con el prototipo continuarán en un área más amplia, gracias a la colaboración con el Aeropuerto de Génova, que proporcionará un área específica que será instalada y equipada por el IIT, cumpliendo con todas las normas de seguridad, agrega la fuente.

Fuente: Prensa Latina