Desde el corazón palpitante de Guantánamo, una efeméride que resuena en la memoria de los hijos de esta tierra: la Plaza de la Revolución Mariana Grajales cumple 40 años, un símbolo que resiste el paso del tiempo con la fortaleza de su nombre.

Esta joya del oriente cubano, es reflejo de las luchas y las victorias de un pueblo que, a través de las décadas, teje su historia en torno a este espacio.

Inaugurada el 26 de julio de 1985, la plaza no solo es punto de encuentro, sino un lienzo donde la cultura y los valores de la comunidad se pintan con colores únicos. Su diseño, amplio y acogedor, recuerda el abrazo colectivo, donde cada celebración, desfile y cada acto político une a los guantanameros.

Esta maravilla arquitectónica nace del ingenio del arquitecto Rómulo Fernández Bilardo, José Villa Saberón (escultor), Enrique Angulo (escultor), Ernesto García Peña (pintor), Lázaro Enrique (diseñador gráfico), Lázaro Ternord (escultor) y Esteban Fernández (ingeniero estructural), junto al gran maestro, pianista y compositor Frank Fernández, encargado de musicalizar los textos del conjunto escultórico.

A lo largo de estos cuatro decenios, es escenario de momentos memorables: desde las concentraciones masivas en conmemoración de los aniversarios de la Revolución hasta eventos culturales que resaltan la esencia del arte al aire libre. Cada rincón guarda ecos de discursos apasionados, visitas inolvidables, risas y sentimientos compartidos, como un viejo amigo que atesora los secretos y las vivencias.

“Que esta plaza se convierta en el corazón del nuevo Guantánamo, escenario de sus actos (…) que a través de ella fluya la vida cotidiana de sus ciudadanos que sabrán conservarla y defenderla como merece toda obra hecha con amor”, acuñó la destacada artista Rita Longa al contemplar como se erigía el majestuoso sitio, y sus palabras resultan un preludio de tantos acontecimientos inolvidables.

Resalta entre las memorias de Guantánamo aquel 26 de julio de 1985, cuando hace 40 años el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz habló a Cuba y a al mundo, bajo la pupila inmortal de la Madre de la Patria, en ocasión de ser esta provincia la sede de la conmemoración nacional por el Día de la Rebeldía Nacional.

Hoy, Guantánamo celebra con orgullo este aniversario 40 con la convicción de que su plaza no es solo un espacio físico, sino un emblema de unidad y resistencia que, como el propio pueblo, florece en la adversidad, porque simboliza la fuerza indomable de Mariana Grajales y su legado.