Llueve, llueve fuerte. Llueve por bondad de la Madre Naturaleza. Llueve al fin en el guantanamero municipio de Niceto Pérez.

El mustio de los campos ya cambia por paisajes coloridos. Reverdecen las plantaciones, se siembra, la campiña vuelve a brindar sus mejores tonalidades matizadas con los aromas a tierra mojada, a hierbas, a hornos, a madera, a café, en fin,  a campo fértil.

El municipio de NicetoPerez, territorio agrícola por excelencia,  muestra un nuevo rostro luego de casi un año bajo una severa sequía.

Hoy se respira aire puro, que promete mejor salud, alimentación, armonía ciudadana y ambiental.

Hoy llueve y los pájaros trinan o cantan sin cesar, aletean tomeguines y mariposas, los zunzunes procrean, el croar de las ranas se confunde con el sonido de arroyos y ríos.

Las vacas, terneros y búfalos juegan en los pantanos, los caballos relinchan con placer y los insectos se apresuran a polinizar .

Las palmas y cocoteros recobran su altivez, el gris del día se hace cómplice de la falta de electricidad en los hogares, pero lo importante es que llueve. Llueve hoy y para futuro.

Nuestras aguas son necesarias, imprescindibles para los quehaceres, para los plantíos, para la Flora, la Fauna, para la vida.

Eso es la lluvia, la vida misma. Aprovechémosla. Difrutémosla.