Guantánamo.- El reciente paso del ciclón Melissa dejado una huella devastadora en el territorio de Guantánamo, donde aproximadamente 23 600 hectáreas de cultivos quedaron arruinadas. Entre las más afectadas se encuentran las plantaciones de plátano, con una pérdida de cerca de 6 900 hectáreas, además de 5 000 hectáreas de yuca y extensiones similares de cafetales que han quedado dañados.

Estas cifras no solo representan una merma en la superficie cultivada, sino que también implican un descenso considerable en los volúmenes de productos alimentarios disponibles para la población local, según reporte bajo el título «De siembra será la nueva crecida en Guantánamo», del periódico digital de Granma.

Sin embargo, a pesar de la adversidad, surge una dinámica renovada en Guantánamo: a partir de las crecidas provocadas por el ciclón, la región se enfrenta a la oportunidad de replantar y ampliar su producción agrícola. Antes de la llegada de Melissa, se proyectaba sembrar unas 7 000 hectáreas durante la etapa de noviembre-diciembre. Ahora, esa proyección aumenta a más de 13 000 hectáreas, impulsada por la imperiosa necesidad de restaurar la producción alimentaria.

El Consejo de Defensa Provincial, encabezado por Yoel Pérez García, enfatiza la urgencia de esta tarea, promoviendo entre los agricultores una filosofía de acción centrada en la siembra. Este llamado vigoriza un esfuerzo colectivo por maximizar la producción agrícola en el corto plazo. Las condiciones actuales han permitido que se vislumbren vientos restauradores que benefician tanto la agricultura tradicional como los organopónicos y parcelas tecnificadas.

En este mes, Guantánamo cuenta con más de 5 320 hectáreas de cultivos que se espera generarán alrededor de 8 000 toneladas de productos agropecuarios. Para diciembre, se proyecta un incremento significativo en la producción, alcanzando cerca de 13 300 toneladas, lo que pone de relieve la resiliéncia de la agricultura local, incluso ante los embates de fenómenos naturales.

Con el compromiso y la determinación de sus agricultores, Guantánamo avanza hacia un futuro de siembra y esperanza, utilizando la adversidad como motor de crecimiento, dispuesto a recuperar y superar los niveles de producción previos al ciclón Melissa. Este ciclo de replantación no solo busca restaurar la normalidad, sino también contribuir a la seguridad alimentaria de toda la región.

Texto elaborado con información de Gramna