Las campeonas mundiales del relevo 4×400 metros ganaron este viernes el último título disponible en el atletismo de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, y certificaron para Cuba la reconquista del trono en este deporte.

Si hace cinco años en Barranquilla 2018 la suma de 11 coronas se quedó corta para dominar el medallero, esta vez bastaron nueve, acompañados de 11 metales de plata y ocho de bronce.

Con dos premios dorados menos terminó la armada mexicana, cuya cosecha de 23 llama la atención sobre cuánto han crecido en el Deporte Rey.

Más allá de los números, para los seguidores cubanos la mayor satisfacción emana de las presentaciones en el Estadio Nacional Jorge “El Mágico” González, que este viernes se saldaron con tres coronas y par de récords para estas citas.

Sin duda, el fabuloso cierre de Zurian Hechavarría, Rose Mary Almanza, Lisneidy Veitía y Roxana Gómez dejó la mejor de las imágenes. Ellas sabían lo que es ganar a este nivel, pues lo hicieron en la urbe cafetera. Sin embargo, no conocían las sensaciones que despierta la plusmarca ahora firmada.

Cada una hizo en su tramo lo que se esperaba. Nunca perdieron la punta, por más batalla que dieran las dominicanas, que alinearon con la formidable Marileidys Paulino cual as bajo la manga.

Las cuatro cubanas entraron a la pista convertidas en una, y a la juventud le pusieron varias pizcas de talento para redondear una exquisita receta, “cocinada” a fuego rápido durante 3:26.08 minutos.

Ante semejante demostración, las dominicanas (3:27.84) debieron consolarse con el metal plateado y Colombia (3:31.84) con el tercer lugar.

Igual de intenso y sobrecogedor resultó el triunfo del triplista Lázaro Martínez, dedicado a su amigo saltador de longitud Maykel Massó, a quien una compleja lesión aquí le cortó los sueños de reinar.

«Maykel por ti y por mí», se leía en la parte interna del dorsal de Lázaro al término de la prueba. Todo el tiempo estuvo cerca de su pecho, cual inspiración para superar sus límites, lo cual hizo llevando el récord de la competencia hasta los 17,51 metros.

«La lesión de Massó nos marcó a todos. Él es como mi hermano, aunque no tengamos la misma sangre. No pudo ganar su título y yo hice esto por los dos», confesó el hombre que en la cálida noche salvadoreña extendió a 13 los reinados de un cubano en esta especialidad.

Cristian Nápoles, campeón de Barranquilla 2018, volvió a subir al podio, pero como segundo gracias a un máximo de 17,11 metros. El metal de bronce terminó colgado al cuello del venezolano Leodan Torrealba (16,41).

La noche tuvo para los cubanos otra ganadora de oro, Silinda Morales, quien va asumiendo como referente en el lanzamiento del disco. Lo ha probado con su primera corona a este nivel.

Un disparo de 61,95 metros en la primera ronda le garantizó el privilegio. Luego firmó otros tres envíos por encima de los 60 metros, algo que no pudieron imitar sus rivales, entre ellas la jamaicana Adrienne Adams (55,43) y la mexicana Verónica Luzania (52,81), segunda y tercera en el escalafón.

En el salto con pértiga, la cubana Aislín Quiala y la colombiana Khaterin Castillo compartieron medalla de plata con idénticos 4,30 metros, lejos de los 4,60 con que la favorita venezolana Robeilys Peinado confirmó los vaticinios.

En eso de compartir podio tampoco se quedaron atrás Marys Patterson, ganadora antes del heptatlón, y Dacsy Brisón, quienes dieron a Cuba el bronce en el salto de altura con idénticos registros de 1,81 metros. Marysabel Senyu aseguró el oro para República Dominicana con 1,86. Con dos centímetros menos, la curazoleña Glenca Antonia se apoderó de la plata.

La jornada de cierre incluyó otras actuaciones de cubanos, que sin subir a podios derrocharon esfuerzo sobre la pista de “El Mágico” y se sintieron parte de esta fiesta.

Historias sobran para contarse de manera más relajada, sin la premura de informar lo más sobresaliente en cada fecha. Habrá que escribir más de los títulos ganados en el salto de longitud por Alejandro Parada y la propia Patterson en la prueba combinada. Analizar también los infortunios de Massó y Adriana Rodríguez, a quienes desde aquí les desean la más pronta recuperación.

Mención especial merecen la tres medallas ganadas por la velocista Yunisleidy García, una de esas con espectacular cierre en la posta 4×100 metros. También los dobles premios en el lanzamiento del disco para hombres y en las carreras de 800 y mil 500 metros para mujeres.

Tan variados como el atletismo son los matices que ha dejado la actuación de este amplio grupo de atletas, incluso de los que quedaron por debajo de lo esperado. El regreso al trono es obra de todos.

Por Jit

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