Declaran Casa Panamericana a domicilio de pelotari Wendy Leydis Durán Arroyo

Guantánamo – El domicilio de la joven practicante de pelota vasca Wendy Leydis Durán Arroyo, marcado con el número 768 y ubicado en la calle 1 Oeste entre Jesús del Sol y Prado, fue declarado Casa Panamericana en ceremonia a la cual asistieron dirigentes políticos, gubernamentales, deportivos y de organizaciones sociales y de masas.

Duran Arroyo forma parte de los 25 deportistas guantanameros que integran la delegación de Cuba en los XIX Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, el cual inicia este viernes 20 de octubre y concluye el próximo 5 de noviembre.

El periodista deportivo Gerardo Cesar Terrado ofrece mas detalles sobre el suceso en el siguiente reporte.

Arrancada

Wendy Leydis se inició en el deporte a los 12 años cuando comenzó a practicar bádminton, aunque reconoce que desde pequeña le gustó jugar con pelotas.

“Ya estando en séptimo grado cerraron el bádminton en la Escuela de Iniciación Deportiva Rafael Freyre, y entonces a uno de mis compañeros y a mí nos pasaron para la pelota vasca porque nos vieron condiciones para esta especialidad.

“Al principio no me gustó porque no la conocía, pero luego el entrenador Guillermo Pérez se sentó conmigo, me explicó más sobre ella y con el tiempo me empezó a gustar y comencé a ir a competencias, a conocer otras provincias y contrincantes, y eso definitivamente me enamoró de la pelota vasca.

“Tuve suerte de rápidamente lograr resultados y en mis dos primeros juegos nacionales obtuve medallas y en 2017 me apunté dos oros, a nivel escolar y juvenil”, recuenta esta atleta de 16 años, quien a inicios del año pasado también conquistó dos títulos en la Copa de Pelota Vasca de Villa Clara.

Camino a la consagración

Tras sus metales dorados en las lides escolares y juveniles nacionales de 2017, desde el 20 de junio de ese año, Wendy entró en la Escuela Nacional de Pelota Vasca, ubicada en el Cerro Pelado, en Boyeros, La Habana.

Ya entrenando en la capital del país, participó en la Copa Capitán San Luis de Pelota Vasca. “Ahí fuí más para coger experiencia, porque en ese torneo se compite en modalidades que en las provincias no se juegan como el trinquete, la paleta de goma, la cesta punta y el share -en Guantánamo ella practicaba el frontón de 20 metros con pelota a mano o pala.

“Lo más importante del año fue la posibilidad de asistir al Campeonato Panamericano Sub 22 de mi disciplina, celebrado en Bueno Aires, Argentina. La preparación fue intensa porque teníamos que eliminarnos entre todas las integrantes de la preselección cubana para lograr ir. Al final me eligieron junto con la habanera Daniela Darriba para hacer dúo en la paleta de goma femenina. Fue mi primera incursión internacional.

“Nunca había estado en una competencia así y pude aprender muchísimo y representar a Cuba, algo que me dio una alegría inmensa. Al final cogimos cuarto lugar, pero lo veo solo como el inicio de un camino grande por el que vienen más y mejores resultados”, refiere Duran Arroyo.

El día a día

Lograr abrirse paso en el deporte, como en la vida, requiere voluntad y mucho esfuerzo no solo del atleta, sino de todos los que inciden en su formación, lo que incluye a la familia y hasta a los amigos y vecinos del barrio, como declara Wendy que ocurre en su caso y pudimos comprobar durante la visita a su casa.

“La vida en la escuela nacional es dura porque hay que sacrificarse mucho y apenas tenemos tiempo para divertirnos como otros jóvenes de nuestra edad. Entrenamos en la mañana, desde la hora que precise el profesor Alejandro Placer, hasta las doce, y por la tarde tenemos docencia, y luego debemos cumplir con las tareas individuales.

“En el horario de preparación hacemos muchos ejercicios físicos, corremos bastante y fortalecemos las piernas y brazos. Además, los pelotaris trabajamos arduamente en aumentar la seguridad y la inteligencia para saber a dónde tirar la pelota en todo momento de juego.

“Las principales dificultades en la preparación nuestra en Cuba son con los materiales, porque los implementos de la pelota vasca son muy difíciles de conseguir, y eso nos lleva a redoblar esfuerzos para en ocasiones entrenar sin ellos.

“Lo otro que golpea, por lo menos a mí, es la lejanía de mi Guantánamo. No es lo mismo estar con la familia cerca aquí que allá sola. La nostalgia es muy fuerte, pero uno se impone porque sabe que se encuentra en juego el futuro. No hay derecho a retroceder, hay que seguir siempre adelante”, concluye Wendy, que disfrutó de unas merecidas vacaciones en su Guantánamo natal y regresó a La Habana para encarar los nuevos retos en la búsqueda de seguir escalando dentro del estrellato deportivo cubano.

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