Los aportes de los mártires guantanameros a la clandestinidad revolucionaria durante la década de 1950 sobresalieron en un diálogo intergeneracional desde la sede de la Sociedad Cultural José Martí en la provincia, en el contexto de la cuadragésimo novena edición de la Jornada de la Canción Política.

En el debate se hizo referencia a algunos de los sucesos del cuatro de agosto de 1957 en la urbe del Guaso: una huelga general contra el gobierno de Fulgencio Batista, el incremento de los sabotajes contra el régimen y una explosión estrepitosa en el laboratorio de medios explosivos, cerca de la intercepción de las calles Vicente Aguilera y Santa Rita.

Rogelio Guzmán Robén, profesor de historia en el preuniversitario Enrique Soto Gómez y conferencista, acotó que en el siniestro perdieron la vida cinco valiosos jóvenes para sus familias y el Movimiento 26 de julio, que lideraba desde la clandestinidad Frank País García.

El historiador también señaló a Guantánamo como el territorio de mayor importancia para dicho Movimiento en la región oriental, después de Santiago de Cuba, escenario para la contraofensiva revolucionaria, ajusticiamiento de esbirros y con una profunda convicción patriótica.

Para el año 1957, en la más oriental de las provincias cubanas se amplió el teatro de operaciones con ingentes misiones combativas, todo lo cual contribuyó a que la ofensiva rebelde en las montañas replegara a las fuerzas militares de Fulgencio Batista.

En el referido diálogo intergeneracional estuvo presente además Teresa Fernández Fraga, nieta del combatiente Gustavo Fraga Jacomino, quien se mostró orgullosa y comprometida con su herencia revolucionaria, explicó que la pérdida de su abuelo supuso un trauma familiar muy fuerte y detalló como los militares batistianos arrojaron juntos los restos de Gustavo Fraga y Fabio Rosell del Río, al cementerio municipal de entonces.

Varios jóvenes presentes en la cita reclamaron una mayor presencia de los historiadores, internacionalistas, combatientes revolucionarios y familiares de estos en las organizaciones y empresas de la provincia para el intercambio de saberes, así como una mejor aproximación a los sucesos de la Cuba del siglo 20 y sus realidades sociopolíticas.

Como colofón de la amena charla donde estuvieron representantes de varios clubes martianos, la Unión Nacional de Historiadores, la Asociación de Combatientes, la Federación de Mujeres Cubanas, jubilados y otros, la presidenta de la Sociedad Cultural José Martí en Guantánamo, Doctora en Ciencias Noralis Palomo Díaz, instó a un compromiso mayor de los ciudadanos con la valía de su historia local y la divulgación afín.

En tal sentido, resaltó la profundidad ética, la base gnoseológica y el sentido de pertenencia con la historia nacional y sus mártires, distintivos de los guantanameros durante años, y que en este último tiempo no debemos perder.