La solidaridad educativa, un pilar de la Revolución cubana, llega hasta los campamentos de refugiados de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), forjando un puente de conocimiento y cooperación que trasciende fronteras e idiomas.

Allí, en medio del desierto argelino de Tindouf,  docentes provenientes de la oriental provincia de Guantánamo cumplen con honor una misión pedagógica, y su labor altruísta representa el continuo compromiso de la Isla con el desarrollo y la educación de los pueblos hermanos.

La Máster en Ciencias de la Educación, Yaritza Benavides Rubio, coordinadora de la misión educativa cubana en ese territorio, y el profesor proveniente del municipio de Maisí Erialdis Matos Navarro, especialista en la enseñanza del idioma Ingles, juntos a otros seis educadores cubanos no solo imparten clases, sino que también son embajadores de los valores humanistas y la dedicación que caracterizan al sistema educativo cubano.

Su colaboración pedagógica en la Escuela “Simón Bolívar” en la República Árabe Saharaui Democrática es una muestra genuina de solidaridad internacionalista impulsada por un proyecto tripartita entre esta nación del continente africano, Venezuela y Cuba en beneficio del pueblo saharaui.

Ese centro, equipado con aulas, laboratorios y dormitorios, permite que los estudiantes saharauis reciban enseñanza en español y accedan a becas universitarias en Cuba .

Desde que este proyecto educativo vió la luz en 1980 Cuba, Venezuela y la República Árabe Saharaui Democrática sedimentaron las bases de la solidaridad como digno reflejo de que la educación es un derecho humano y una herramienta para el desarrollo sostenible de los pueblos y de manera especial para la futura soberanía del Sáhara Occidental.