Guantánamo- Cuando en las conclusiones de la más reciente visita gubernamental a la provincia de Guantánamo, la máxima dirección del país insistía en la urgencia de que no quedara un pedazo de tierra sin sembrar, Melquiades Brooks Lobato sintió la satisfacción de su humilde aporte a la producción local de alimentos.
Primero fue en un solar yermo cerca de su casa, en la parte norte de la ciudad, rescatado del abandono y puesto a producir hace unos cuatro años, motivado por el movimiento Siembra tu pedacito, de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), para sanear nuestras comunidades y convertir esos lugares en sitios productivos.
De aquella parcela salen hasta hoy variedad de cultivos de los cuales se beneficia su familia y la comunidad de los alrededores, con muy buena aceptación, puesto que algunas personas reciben poca remuneración y se sienten satisfechas por la ayuda, que no es cuantiosa, pero se reconoce, refiere Melquiades, el cual desde su cargo de coordinador de zona de los CDR decidió predicar con el ejemplo.
Rememora que en tiempos de pandemia no dudó en apoyar a los que estuvieron aislados, muchas veces sin tener como valerse para la alimentación, fueron unas veinte familias a las cuales les entregamos un módulo de viandas, frutas, hortalizas, un gesto que todavía nos agradecen, dice.
Ahora la tarea también lo ocupa desde hace tres meses en el combinado deportivo Norte-Caribe, en el cual es profesor de beisbol y softbol, y no dudó en aceptar la propuesta de la Dirección Municipal de Deportes de atender el área poblada de hierba y algunos pedregales, que circunda a la piscina olímpica enclavada en la zona, en desuso hace un tiempo.
Dije que sí de inmediato y me puse en función de preparar la tierra, busqué las variedades que rindieran rápido, por la urgencia de obtener alimentos, y ayudar a paliar la situación que tenemos, arreciada por el bloqueo y realmente se aprecia el avance, expresó.
Orgulloso y feliz Melquiades recibió a Yoandrys Tamayo Méndez, coordinador municipal de los CDR, a otros cuadros de la organización, del Consejo Popular Caribe, de la dirección de deportes, profesores y vecinos, para la declaración de su parcela con la condición Siembra tu pedacito.
Hemos aprovechado la celebración del décimo congreso de la organización para reactivar este movimiento popular que aglutina dos mil 124 patios y 217 parcelas en la sexta urbe más poblada de Cuba, enfatizó Tamayo Méndez.
Calabaza, quimbombó, ají, yuca, maíz, habichuela, col, plantas medicinales, condimentos, acelga, se encuentran entre las variedades que ya rinden fruto con destino a programas sociales sensibles como la cercana Casa de Niños sin Amparo Familiar, con la cual tenemos un vínculo directo, precisó Melquiades.
Le donamos además al Sistema de Atención a la Familia, que es el lugar donde se alimentan personas de bajos ingresos, nuestros ancianos, que necesitan del apoyo, contribuimos con los seis platos diarios que se les debe ofertar y creo que están muy contentos.
A los vecinos les hemos vendido, a precios módicos, lechuga, acelga y también muchos vienen en busca de plantas medicinales, que han crecido muy vigorosas aquí.
Junto a un ayudante, su compromiso es el de completar la siembra de toda el área de los alrededores de la piscina y convertir ese espacio en un jardín productivo, hasta declararlo de referencia en la producción de alimentos, un trabajo que lo ocupará en el tiempo que le queda para la jubilación laboral, ya cercana.
Para emprender esta tarea he aplicado las enseñanzas de cuando vivía en El Salvador, en el cual con mi familia nos dimos a la tarea de cultivar un pedacito de tierra e incluso entregamos algunas producciones al círculo infantil de allí.
A esas experiencias se suma que fui dirigente político, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba en aquel municipio y luego de la provincia, me nutrí de todo eso, del vínculo con los obreros agrícolas, y he tenido un asesoramiento valioso de los compañeros de la agricultura urbana, del manejo de las diferentes siembras, la aplicación de la ciencia y la técnica.
Me apoya también mi esposa, Mariela Carballo Vidal, ahora presidenta del Consejo Popular, pero por muchos años dirigente de la Federación de Mujeres Cubanas, siempre a mi lado en estos empeños.
El país necesita que se produzcan más alimentos, porque vivimos momentos muy complejos, para mí no es un sacrifico, lo hago porque tengo una formación patriótica, me llega de corazón y por la Revolución hay que darlo todo, ella me ha dado lo que soy y yo le correspondo con este granito de arena y a seguir echando pa´ lante.