Guantánamo -Al igual que en el resto del país, la comunidad científica de la provincia de Guantánamo conmemora los seis años de la implementación del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida), el cual contiene los objetivos de la Organización de Naciones Unidas hasta 2030.
Aunque son muchas las acciones que realizan de conjunto los diferentes actores implicados en la abarcadora estrategia, se imponen muchos desafíos para los guantanameros.
La periodista Yaqueline de la Rosa dialogó con el Máster en Ciencias Jesús Martín Pérez, delegado territorial del Ministerio del Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en Guantánamo, quien ofrece más información en el siguiente reporte
En Guantánamo se avanza en la implementación del Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático, Tarea Vida, con el trabajo integrado de varias entidades e instituciones, lo que permite alcanzar al cierre del 2022 el 99 por ciento de cumplimiento de las acciones en la zona semiárida y a un 81 en Baracoa.
A este resultado contribuyen principalmente las delegaciones de la Agricultura y Recursos Hidráulicos, el Instituto de Ordenamiento territorial y Urbanismo, el Centro Provincial de Meteorología, entre otros actores que establecen sus estrategias teniendo en cuenta los Estudios de Peligros, Vulnerabilidades y Riesgos (PVR) y el Macro Programa de Recursos Naturales y Medio Ambiente.
La base de sus acciones está en correspondencia con las tendencias climáticas en la provincia que muestran un incremento de las temperaturas, la reducción de las precipitaciones, entre otros factores.
Las acciones se encaminan a disminuir la pérdida de agua, ganar en su calidad, en el estudio de nuevas áreas para reubicar los asentamientos vulnerables a las inundaciones costeras o crecidas de los ríos en las zonas priorizadas de Baracoa y la franja costera sur, además del manejo adecuado de los suelos y bosques.
En Baracoa, zona priorizada a nivel nacional, se mantienen las labores para proteger el litoral, específicamente los tibaracones, la implementación de medidas para conservar y mejorar 300 hectáreas de suelos, la reforestación de 6 de mangle rojo, además de las 10 hectáreas en la faja hidroreguladora de los ríos Toa, Las Minas, Sabanilla, Macaguaní, Miel, Boma y Mata.
Asimismo, en la zona semiárida de la provincia, la segunda zona priorizada en el territorio, también se reforestó los manglares en Caimanera y Glorieta, se realizó el manejo de regeneración natural de 83 hectáreas, así como el mantenimiento silvícola y la reconstrucción de bosques.
En ambas zonas priorizadas de la Tarea Vida se trabajó además en la recuperación de las playas arenosas y la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales que atañen a cada territorio como la contaminación ambiental, inundaciones por intensas lluvias y la sequía.