Guantánamo.- Durante la visita de UNICEF Cuba a Guantánamo el pasado mes de  septiembre, se verificó la finalización de diversas acciones en áreas vitales como agua, saneamiento, salud, nutrición y educación. Estas iniciativas fueron implementadas en municipios afectados hace un año por el huracán Oscar: San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí.

El objetivo principal de estas intervenciones ha sido mejorar las condiciones de vida de las comunidades y fortalecer su capacidad de recuperación frente a desastres naturales. La labor de UNICEF en la región refleja un compromiso continuo con el bienestar infantil y el desarrollo sostenible en Cuba.

Huracán Oscar, un año después de la furia

Ana Marian Lores Pelier atrapa, sin tomarte de la mano, sin decirte hazme caso. Tiene, a sus seis años, la luz suficiente para que todo gire a su alrededor: la casa familiar, de siete miembros, y la atención de quien cruce el pequeño portón de la comunidad de Oquendo, en San Antonio del Sur, en la provincia Guantánamo.

Ya en el patio, ocupa un taburete y habla del huracán Oscar, mientras se lleva las manos al pequeño cuello para marcar hasta dónde llegó el agua esa noche terrible en la que las lluvias hicieron que el Sabanalamar, el río normalmente silencioso, se desbordara de su cauce y llegara “adonde nunca había llegado”.

Marielys del Toro Padrón, Oficial de Emergencias de UNICEF Cuba, en visita de trabajo por Imías y San Antonio del Sur, la escucha con atención mientras sorbe un café campesino, con ese tono dulzón típico de la cocina del campo.

La pequeña se acomoda la blusa, se queda quieta para que la tía dome un poco los rizos y accede, toda feliz, a posar al lado del tanque de 500 litros aportado por UNICEF tras las pérdidas causadas por Oscar y que, al momento de nuestra visita, protege a la familia de la intensa sequía instalada en la provincia más oriental de Cuba durante varios meses.

Hay risas. Los dedos forman una V. Un vecino que asegura que “declama, actúa, canta…, siempre dispuesta”, y una abuela que, desde el quicio de la puerta trasera, no puede ni quiere esconder el orgullo.

Ana Marian tiene voz, casa, familia y sueños. Y una resiliencia innata, propia de la inocencia, que le permite narrar el horror con la expresividad de quien cuenta un dolor ajeno; y a la que, indudablemente, ha contribuido la respuesta de UNICEF: multisectorial, oportuna y coherente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Un día después, Marielys, en un intento por resumir lo visto, me dirá que “la visita fue emocionante”. Y ya sabemos a qué se refiere.

Tras la tormenta: el contexto de la respuesta

Para la visita de UNICEF, a mediados de septiembre pasado, la mayoría de las intervenciones -sobre todo en las áreas de agua, saneamiento e higiene, salud y nutrición y educación- como parte de la respuesta tras el huracán Oscar en los municipios de San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí, están concluidas.

Durante la visita de UNICEF Cuba a Guantánamo, en septiembre, se constató la culminación de la mayoría de las acciones en agua, saneamiento, salud, nutrición y educación desarrolladas en San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí, como parte de la respuesta tras el paso del huracán Oscar

“A los pocos días del huracán se trasladaron recursos preposicionados en el país para mejorar el abastecimiento y el almacenamiento de agua y la higiene de las personas, la rehabilitación de las escuelas y dar continuidad a la atención materno infantil”, explica la Oficial de Emergencias.

Un apoyo que llegó a tiempo

En cifras, se tradujo en 870 kits de higiene personal, 4.420 tanquetas de 10 litros para familias, 362 kits educativos, 1.000 metros cuadrados de tejas y un centenar de tanques de 1.000 litros para centros educativos que trajeron esperanza justo cuando era más necesaria.

Como parte de la respuesta tras el huracán Oscar, UNICEF Cuba, con el apoyo de DG-ECHO, entregó miles de suministros esenciales: kits de higiene y educativos, mosquiteros, tejas, tanques de agua y materiales recreativos que devolvieron esperanza y protección a comunidades y escuelas de San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí.

Vía aérea, con apoyo de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas de la Comisión Europea (DG-ECHO), llegaron 1.500 mosquiteros, tres tanques de agua de 5.000 litros para comunidades y 920 pastillas de cloro para Macambo, en San Antonio del Sur.

También se entregaron 200 kits escolares, 76 de primera infancia, 87 recreativos y 4 para la expresión e innovación adolescente, este último en el ámbito del apoyo psicoemocional.

Los hechos hablan por sí solos: más de 11 mil niñas y niños pudieron regresar, en menos de un mes, a las 210 escuelas rehabilitadas en los municipios afectados. Las familias recuperaron lo básico para prevenir las enfermedades que suelen seguir a los desastres naturales si no se actúa con rapidez. Y en los hogares, los nuevos tanques garantizaron almacenar de forma segura el agua, que llegaba escasa debido a los daños en las redes y los sistemas de bombeo.

Con el apoyo del gobierno de Canadá, y otros recursos de UNICEF se entregaron 60 kits de medicamentos esenciales y material gastable para los centros de salud, para beneficiar a unas 60.000 personas por tres meses, y suplementos preventivos de hierro para 4.000 embarazadas.

El apoyo fue más allá de la respuesta inmediata y apostó por fortalecer la infraestructura y la resiliencia. En San Antonio del Sur, desde hace unos tres meses, la estación de bombeo de Pan de Azúcar garantiza agua de calidad a unas 1.500 personas de esa comunidad y de La Playa, gracias a la instalación de equipos solares, incluido un hipoclorador entregado por UNICEF. Muy pronto entrará en funcionamiento también una planta desalinizadora que, desde la Secundaria Básica “Máximo Gómez Báez”, abastecerá a ese centro educativo, al círculo infantil “Siete Enanitos” y a la comunidad de Oquendo.

En el abasto de agua, se apoyará la rehabilitación de la planta desalinizadora de Maisí, que provee de agua segura a la población de la comunidad de Punta de Maisí, en el extremo este de Cuba.

En el área de la salud, además, se aportaron ventiladores pulmonares, desfibriladores y monitores de signos vitales a los policlínicos Cuarto Congreso de Imías y Ciro Frías Cabrera de San Antonio del Sur, y a los hospitales generales Agostinho Neto, de Guantánamo, y Octavio de la Concepción y la Pedraja, de Baracoa.

Visitas que devuelven la esperanza

Llegamos temprano al policlínico Ciro Frías Cabrera, y hay saludos de quienes se han visto antes, porque así es. Se recorren áreas, consultas, el departamento de estomatología, el laboratorio clínico, la sala de las y los enfermeros por donde, en ese momento, rotan los y las estudiantes de los cursos emergentes.

Se detienen en la sala de cuidados intensivos. Un cubículo pintado de amarillo, que nos recibe en tropel solo porque está vacía. Habla, entonces, la directora general de salud en el municipio, la doctora y especialista en Medicina General Integral (MGI) Yudith Alba Matos. Dice que atienden los pobladores locales -unos 19.000-, algunos casos de Maisí y, por su ubicación, accidentados en la carretera que conduce a Baracoa.

Allí, “instalados casi desde que llegaron” según cuenta la doctora, las tres nuevas adquisiciones del servicio: monitor de signos vitales, ventilador pulmonar y desfibrilador que, en pocos días, ya tenía una decena de vidas salvadas.

Dielber Castro Terrero, especialista en MGI y diplomante de Emergencia médica e intensiva, explica las bondades de la tecnología, “que puede usarse para pacientes adultos y pediátricos”

Dielber Castro Terrero, especialista en MGI y diplomante de Emergencia médica e intensiva, explica las bondades de la tecnología, “que puede usarse para pacientes adultos y pediátricos” y “en el caso del desfibrilador, por ejemplo, incluso permitiría trasladar a un paciente que requiera de marcapasos”.

Un detalle nada menor que, en el Cuarto Congreso de San Antonio del Sur, enriquecerá el doctor Enmanuel Gámez Díaz, subdirector de asistencia médica y otro “conocido” de los días del huracán: “puede hacer electros, no completos, pero sí para tener un seguimiento, cardioversión”, explica.

Rocío escucha y anota. “Los estábamos esperando, y cuando llegaron nos pusimos en función. Los electromédicos instalaron y los profesores de Guantánamo nos mostraron cómo usarlos”, reconoce la doctora Yudith.

Hay emoción en quienes hablan y quienes escuchan, tan a flor de piel que a veces rebasa las poses oficiales, como cuando se anunció la pronta llegada de sendos laringoscopios neonatal y pediátrico y estuvieron, a punto, los abrazos.

Más preguntas. Otras respuestas. Hay más que antes, pero, indudablemente, es mucho lo que falta a pesar de las prioridades ministeriales y los donativos que vinieron a darle un nuevo aire a los servicios médicos afectados por Oscar, circunstancialmente, y por la crisis de suministros del sistema de salud en el país.

La Oficial de Salud y Nutrición insiste en tomarle el pulso a las urgencias. “Las ambulancias son esenciales en los entornos rurales, porque se estabiliza al paciente en los servicios, pero el transporte sanitario debe tener la capacidad de mantenerlo vivo mientras recorre decenas de kilómetros hasta el hospital”, explica y pone a soñar al paramédico imiense Raúl Hinojosa.

En Imías, la Oficial de Salud y Nutrición de UNICEF Cuba dialoga con el paramédico Raúl Hinojosa sobre la importancia del transporte sanitario en zonas rurales

La visita a los departamentos de farmacia de ambos policlínicos es ardua y no apta para personal ajeno. Se habla de medicamentos con nombres raros, de síndromes, enfermedades, de más usados y otros que pudieran sustituirse, de hojas de cargo, de fechas de vencimiento, rotaciones, inventarios y control.

La mayoría de los recursos -que incluían material gastable, instrumentos médicos, insumos, y una amplia gama de medicamentos antibióticos, antihipertensivos, antifúngicos, antipiréticos, suplementos- ya han sido usados, sobre todo, con las embarazadas, las madres lactantes y la población infantil. Los papeles, que también se revisan, hablan.

Quedan en stock, sobre todo, suplementos de hierro para las embarazadas y madres lactantes y, en San Antonio del Sur, las pastillas de cloro que sirven tanto para curar las aguas revueltas por las lluvias como las escasas y propensas a la contaminación de la sequía.

Se va un poco más allá, hacia el este y “probando” el hormigón cimbreante de La Farola, hasta el consultorio de Veguita del Sur, de Imías, donde hay tres tanques de 1.000 litros y muebles hidrosanitarios nuevos -así constata Yoel Martínez González, Oficial de Agua, saneamiento e higiene- y más de una historia feliz y sin anemia gracias a los medicamentos y suplementos de UNICEF.

En el consultorio espera Darelis Pineda, quien, con 26 semanas de embarazo, comenzó a consumir los suplementos aportados por UNICEF para tratar una anemia leve. Gracias a ello llegó al parto en buen estado de salud y continúa tomándolos hoy, en beneficio propio y de su hija, Darexi Aslet, de apenas 22 días de nacida, a quien alimenta con lactancia materna exclusiva que piensa mantener “todo lo que pueda y hasta que ella quiera”.

Se visitan, también, los consultorios de Yacabo Abajo, de Imías, y Buenavista, de San Antonio del Sur. Hay preguntas y “vista que hace fe” sobre el uso de los suplementos, el destino de los donativos, la utilidad de los tanques y los muebles hidrosanitarios, los hábitos de higiene, la lactancia materna.

En San Antonio del Sur, Yoel Martínez recorre, además, la estación de bombeo de Pan de Azúcar y, con más tiempo, la planta desaladora, donde se construyó la caseta de la captación de bombeo, donde va una bomba sumergible y debe instalarse un panel de control con alimentación solar que permitirá llevar el agua hasta la planta.

En la cabecera provincial, en el Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto, siguen las preguntas, las respuestas, los intercambios. De nuevo, las indagaciones sobre los medicamentos, sobre los que se usaron y los que se necesitan, y ya en la terapia intensiva y el servicio de neonatología, la certeza de que los equipos -el desfibrilador, el monitor, el ventilador- han sido bien recibidos por profesionales y pacientes.

En la sala de neonatología del hospital provincial de Guantánamo, las incubadoras entregadas por UNICEF Cuba acompañan el trabajo incansable de médicas, médicos y enfermeras, ofreciendo a cada recién nacido una oportunidad más segura para vivir y crecer

Donde están los neonatos, entre enfermeras silenciosas y metódicas y médicos de noches largas, hay además varias incubadoras entregadas por UNICEF Cuba que hacen la diferencia. El pulso, casi siempre, se gana.

Las palabras de la Oficial de Emergencia aún resuenan: “Ha sido una visita emocionante”. Y lo es, porque cada uno de los oficiales que hoy regresan a estos lugares, donde hace casi un año solo había pérdida y dolor, puede apreciar la diferencia y ver cómo la recuperación avanza.

El pulso de la recuperación

Las palabras de la Oficial de Emergencia aún resuenan: “Ha sido una visita emocionante”. Y lo es, porque cada uno de los oficiales que hoy regresan a estos lugares, donde hace casi un año solo había pérdida y dolor, puede apreciar la diferencia y ver cómo la recuperación avanza.

Marielys, de nuevo, lo resume: “Por nuestra parte, de conjunto con las autoridades locales, estamos satisfechos con el avance de la respuesta, el uso y cuidado de los recursos, la atención de las autoridades a la distribución y al registro de todas estas entregas y las familias beneficiadas”.

Hay, sin embargo, algo en este regreso que va más allá: los brazos y las puertas abiertas que siempre reciben a UNICEF en estos lugares. Es el reflejo de un vínculo profundo, nacido del gesto humano de quien tiende la mano en los momentos más difíciles.

Tomado del sitio web de UNICEF