Ignoro si el Sol de Cuba, en su regreso de hoy, advirtió que este lunes se le había adelantado otra luz. Pero, al momento de su asomo tímido sobre el mar en los confines del horizonte, al Este de aquí, otra claridad ya nos iluminaba.
Más fúlgidos que cualquier rayo venido del Astro rey lucen desde esta mañana las sonrisas, los rostros y las anécdotas de reencuentro, traídas por los cerca de 150 pioneros de la Escuela Primaria Alfredo de Jesús Noa Díaz, de Punta de Maisí.
La escena es apenas un pedazo de un paisaje extendido a lo largo y ancho del archipiélago, y acentuado en su extremo oeste en la pinareña Escuela Pedagógica Tania la Guerrillera, sede del Acto Central Nacional por el inicio del nuevo curso.
Septiembre le amaneció a Cuba con la esperanza agitada y en vuelo, y su brújula en la ruta del porvenir. Emprende la Isla otra expedición al futuro.
Expedicionarios son ya los más de 79000 estudiantes guantanameros, matrícula de los 823 centros educativos de diferentes niveles y disímiles enseñanzas, que los recibieron en los campos y ciudades del Alto Oriente.
Y apenas son una parte, pues, a la par de los guantanameros, en toda Cuba son más de millón y medio los que desde el amanecer de este lunes han roto la quietud de las más de 10 000 escuelas en llanos y montañas del archipiélago.
Cientos de inmuebles en todo el país necesitaron retoques y mejoramiento que parecían imposibles en tiempos de dificultades y carencias como las actuales. Mas, sectores diversos, e instituciones y comunidades dieron sus «poquitos», y el curso escolar 2025-2026 ya es certeza.
Libre de asedio esta expedición hacia el porvenir no estará. Hay un ave -la de siempre, la misma rencorosa y rapaz-, que la acecha, porque el vuelo es libre y cubano. Por eso mismo, y porque el revoloteo es de amor, nada ni nadie lo detendrá.