¿Qué hechos han marcado la contingencia energética en Cuba?A finales de 2022 comenzaron a constatarse los primeros resultados de la estrategia de recuperación eléctrica desarrollada en Cuba, la cual se propone para el presente año continuar mejorando las condiciones en el sector, tras la compleja realidad que este ha enfrentado por más de 19 meses.[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Show More” collapse_text=”Show Less” ]

La muestra más evidente de esta crisis en el sistema eléctrico nacional (SEN) fueron los apagones que en 2021 se hicieron cada vez más frecuentes en todo el país, vinculados, principalmente, a las periódicas averías en las centrales termoeléctricas (CTE).

Según información del Ministerio de Energía y Minas (Minem), en estas plantas térmicas se produce el 40,6 por ciento (%) de la potencia del SEN, por lo que constituyen la parte más importante de la generación base en Cuba.

Su obsolescencia tecnológica, además de la no ejecución de los ciclos de mantenimiento (tanto en la generación térmica como en la distribuida) y las limitaciones e inestabilidad con los combustibles, figuran entre las principales causas de la extendida contingencia energética.

El país cuenta con ocho CTE, entre las que se distribuyen 20 bloques de generación térmica, la mayoría con más de 30 años de explotación, incluyendo siete que, incluso, sobrepasan los 40 años de operación.

Teniendo en cuenta que la vida útil de una termoeléctrica debe oscilar entre los 25 y 35 años, es notable el envejecimiento del parque cubano, siendo esta la causa de mayor peso en las averías de las plantas, y en que, por tanto, el SEN quedara sin cargas de reserva.

Con esta realidad, los trabajos de mantenimiento (que suponen la parada de las unidades por varios días) en lugar de realizarse de acuerdo a la programación se postergaron y empezaron a depender, en gran medida, de las salidas imprevistas de las unidades por averías o defectos.[/bg_collapse]

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