El Día del Bibliotecario cubano fue conmemorado en Guantánamo, donde sus profesionales y trabajadores rindieron homenaje en su natalicio a Antonio Bachiller y Morales, considerado el padre de la bibliografía cubana.

Bachiller y Morales, jurista, historiador y periodista del siglo XIX, comprendió la importancia de organizar y proteger los fondos bibliográficos como base del desarrollo intelectual del país, cuyo legado se multiplican hoy en el territorio en bibliotecas públicas, escolares o comunitarias, donde estos profesionales son puentes entre el libro y el lector.

Más allá de custodiar textos, los bibliotecarios guantanameros promueven el hábito de la lectura, gestionan contenidos digitales y garantizan el accedan de todas las personas al saber, labor especialmente valiosa en asentamientos rurales, donde estos centros se convierten en espacios esenciales para el conocimiento y recreación.

En tiempos en los que la información abunda, pero no siempre orienta, el papel del bibliotecario cobra una nueva dimensión: formar ciudadanos críticos, preservar el patrimonio y fomentar valores.

Este 7 de junio fue una oportunidad para reconocer el esfuerzo de quienes, con pasión y entrega, mantienen viva la llama del conocimiento mediante la promoción de la lectura y la realización de  actividades culturales, quehacer clave para el crecimiento cultural y humano de la nación.