La ciudad de Guantánamo siempre deslumbró por la limpieza de sus comunidades, un panorama que vemos cambiar a diario con la acumulación de desechos sólidos en cualquiera de sus calles.
A la par que aumenta la insalubridad, vienen a mi mente los trabajadores del sector de comunales, quienes con pocos recursos y con mucho esfuerzo mantenían pulcras las barriadas de esta urbe que hoy pide a gritos un accionar, pues es evidente la creciente presencia de mosquitos y jejenes a nuestro alrededor, sin mencionar otros vectores.
Tal como se aprecia, las lluvias de los últimos días favorecen la proliferación de la yerba que en muchos sitios entorpece nuestro caminar, existen sitios en los cuales rozamos con éstas a nuestro paso, a sabiendas que constituye refugio seguro para especies que amenazan nuestra salud.
Conocemos las dificultades existentes con el combustible para garantizar la adecuada recogida de basura y del éxodo de obreros que mediante la tracción animal aseguraban esta necesaria labor, pero algo hay que hacer ante la multiplicación de vertederos en la ciudad.
Ante esta realidad CRECE la preocupación de la ciudadanía que también debe ser más activa en su entorno, saneando patios y desarrollando trabajos voluntarios, una práctica de gran utilidad en estos casos con el fin de evitar la propagación de focos y prevenir el dengue, la Fiebre del Oropouche u otras arbovirosis.
El llamado de las autoridades de salud está a tono con la actual situación epidemiológica que se vive por lo que se insta a los pobladores a disminuir la población de vectores, además de protegerse en sus viviendas y en la comunidad y ser cautelosos ante los síntomas.
Desde mi punto de vista, el actual enyerbamiento que hoy se aprecia en la ciudad de Guantánamo y la cantidad de vertederos que pululan por doquier requiere del accionar no solo de la población sino también de diversas entidades, en un esfuerzo colectivo para enfrentar esta problemática.
Si bien la lucha antivectorial es prioridad para el sistema sanitario, miremos con atención a nuestro alrededor, los desechos sólidos hay que recogerlos, para que prime la limpieza que siempre caracterizó a esta urbe y las enfermedades transmitidas por vectores NO constituyan una clara amenaza para nuestra salud.