Con diversas acciones para contrarrestar los efectos del cambio climático, avanza en la provincia de Guantánamo la implementación del Plan de Estado para el enfrentamiento a ese fenómeno global para preservar los recursos naturales, ecosistemas y los asentamientos poblacionales.
Esta abarcadora estrategia aúna voluntades de varios organismos y entidades como las delegaciones de la agricultura, los Institutos de Recursos Hidráulicos y Ordenamiento territorial, entre otros, los cuales participan en la ejecución de medidas para mitigar los efectos y lograr mayor resiliencia de los habitantes, a favor de su calidad de vida.
En este quehacer destaca el municipio de Baracoa, una de las áreas priorizadas de la Tarea Vida, con la reforestación de bosques de mangle en el litoral norte y de las zonas aledañas a los ríos, las cuales están expuestas a riesgos por la elevación del nivel del mar, inundaciones e intensas lluvias causantes de afectaciones a los suelos y la agricultura en general.
Asimismo, en la franja costera Sur, se plantan especies de interés forestal, a partir del trabajo en los viveros en Maisí, Cajobabo, en Imías, y San Antonio del Sur, además del empeño en el manejo adecuado de los recursos suelos, agua y las especies de la flora y fauna, a favor de la biodiversidad y el desarrollo sostenible.
Asimismo, se trabaja de manera directa con productores para fomentar la aplicación técnica agroecológica en pos de incrementar la producción local de alimentos, basado en un mejor aprovechamiento de las variedades y cultivos tradicionales.
También el Instituto de Ordenamiento territorial y Urbanismo trabaja en la evaluación y reacomodo de los asentamientos poblacionales que serán afectados con la elevación del nivel medio del mar para los años 2050 y 2100, entre otras acciones.
Asimismo, los especialistas del Citma contribuyen con la Tarea Vida a partir de los estudios de Peligros, Vulnerabilidades y Riesgos (PVR), los cuales constituyen herramientas para los organismos y autoridades, a favor de la adopción de decisiones oportunas para atenuar el impacto de los desastres naturales.