Guantánamo – Casi al cierre de 2023, la Delegación de Ordenamiento Territorial y Urbanismo en Guantánamo diagnostica en la provincia 11 asentamientos afectables por la elevación en el nivel medio del mar y fenómenos meteorológicos extremos, como parte de los efectos del cambio climático en la región caribeña.

Lisandra Hurtado Bataille, especialista superior de políticas en la entidad, aseguró a CMKS que seis de esos poblados pertenecen a Baracoa, uno a Imías y dos a los municipios Caimanera y San Antonio del Sur, donde también se promueve el cuidado sostenible de los ecosistemas terrestres, al tiempo que se lentifica la degradación de los suelos.

En la provincia están definidas las franjas terrestres con una mayor incidencia marina y se incorporaron a los planes generales de ordenamiento territorial en los referidos municipios, para una posterior reubicación de las viviendas vulnerables en zonas menos expuestas a la elevación del nivel medio del mar, de cara a los años 2050 y 2100.

La también arquitecta con 30 años de experiencia laboral, en estos y otros temas asociados al ordenamiento territorial, contempla en Baracoa un resultado más palpable durante el re-poblamiento, mediante la urbanización de las zonas Paraíso y Cagua 6, esta última, con microlocalización, plan parcial y diversas tipologías que benefician a decenas de familias.

En esas demarcaciones, las ilegalidades constructivas se erradican de forma paulatina, exceptuándose aquellas que se someten a procesos jurídicos por enriquecimiento ilícito, actos de corrupción y consumo de drogas, así como los domicilios no formales en tierras para el usufructo.

Por su parte, Noraida Longas Schumann, subdelegada de Ordenamiento Territorial y Urbanismo en Guantánamo, subraya que los estudios más recientes acerca del incremento marítimo en el área pronostican una subida entre los 25 y 30 centímetros aproximadamente para el año 2050, así como entre 95 y 100 para el 2100.

También comenta la especialista que resulta perentorio el rol de los municipios costeros en la detección de peligros, vulnerabilidades y riesgos, a tenor de la tarea otorgada por la Constitución Cubana y su nueva ley 145 de 2022, en términos de autonomía, así como responsabilidad ética y medioambiental, sin embargo, dijo, queda mucho por hacer.

En la actualidad resulta notorio divulgar, con mayor frecuencia, las políticas en materia de ordenamiento territorial y urbano, así como la gestión del suelo, unido a sus actualizaciones, en correspondencia con las características de cada localidad y el desarrollo constante de nuevos actores socioeconómicos.

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