Al intervenir en el debate sobre el enfrentamiento a la corrupción, los delitos e ilegalidades, el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, valoró de muy sincero y honesto el diálogo sostenido por los diputados sobre este tema.
Cada una de las intervenciones expresa conocimiento de la realidad, preocupación y voluntad para perfeccionar la sociedad “con el anhelo que tenemos todos de alcanzar la prosperidad y la mayor justicia social posible que merece el pueblo cubano, como parte del proceso de construcción socialista”.
Añadió que esta legislatura se ha caracterizado por debatir temas sin tapujos y con enorme compromiso con los problemas que preocupan al pueblo. “Creo que esta tiene que ser la Asamblea Nacional que necesita el país”.
El presidente comentó que los delitos, la indisciplina social y la corrupción atentan contra lo más sagrado del proceso socialista, la mayor justicia social posible, y la seguridad ciudadana. Asimismo, estas manifestaciones profundizan las desigualdades sociales, tema en el que también estamos trabajando.
“Hay un manifiesto empeño imperial de crear un clima de inseguridad y de desconfianza ciudadana que fracture la unidad popular en nuestro país. Por eso, constantemente se exagera cualquier hecho delictivo, fundamentalmente los casos con violencia y, en particular, los de violencia de género”.
El mandatario expuso que existe una incisiva mirada a la situación del país, sin embargo, “el deterioro social, la brutalidad policial, la criminalidad, los asesinatos, los hechos violentos en escuelas, se acrecientan cada día más en la sociedad norteamericana”.
El Estado y el Gobierno cubano no pueden estar ajenos a las actividades económicas ilícitas, subrayó, ni tampoco a las manifestaciones de corrupción y los delitos que emergen de una economía paralela, sumergida y sucia, que penetra y destruye nuestra vida social.
“Hemos discutido con actitud y manifestado nuestro rechazo. En eso tenemos un consenso, pero ahora nos corresponde lo más importante y decisivo que es actuar con rigor”.
Para lograrlo, se debe continuar articulando las fuerzas revolucionarias con la dirección del Partido, con la participación de todo nuestro sistema institucional, las organizaciones de masas, el pueblo, las FAR y el Minint.
Díaz-Canel reiteró que se debe enfrentar la actividad especulativa, la corrupción, la vagancia que tanto daño hace, la pillería, la burocracia, la mentira, la vulgaridad, la indecencia, la molestia que ocasionan los comportamientos irrespetuosos.
Hay que trabajar para la adecuada incorporación a la sociedad de ciudadanos que han cumplido sanciones penales. Por otro lado, se debe combatir la evasión fiscal, así como sancionar a aquellas personas que se benefician del mercado ilegal de divisas.
“No podemos permitir que quienes no trabajan, no aportan, y se mueven en un entorno de ilegalidad ganen más y tengan mejores condiciones de vida que los que realmente laboran honradamente, aportan y protagonizan la historia del heroísmo cotidiano del pueblo cubano”.
Para lograr ese propósito, valoró el presidente, será imprescindible promover el comportamiento responsable de las instituciones, de la sociedad y en particular de las familias cubanas, “que tienen responsabilidad y mucho que aportar a este combate al que estamos convocando”.
“Lo vamos a enfrentar con unidad, coraje, justicia, determinación, orden, disciplina y efectividad”, concluyó el presidente.
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