El Team Asere va por más y por todos los cubanosCuba y su Team Asere no son favoritos en la fase cuadrangular del V Clásico Mundial, momento que arranca este domingo, justamente con el duelo que marca el regreso a los cuatro grandes de la selección de la Mayor de las Antillas. Al margen de la superioridad que se ve en las plantillas de los rivales, lo que sí se puede asegurar es que será un día histórico para el que se sienta cubano, viva donde viva, y piense como piense.[bg_collapse view=»button-orange» color=»#4a4949″ expand_text=»Leer más» collapse_text=»ver menos» ]

Porque lo que queda claro, al margen de cualquier sentimiento, es que cuando los cubanos están unidos son seres de mágicas virtudes, conquistadores de corazones. Así ha pasado con el Team Asere, se ha vuelto familia y ha construido en sus seguidores ese ambiente. Lo ha hecho con una manera de jugar muy alegre, y también con el temor –como lo tiene todo el mundo– a perder; cometiendo errores, porque son seres humanos; lo ha logrado transformando esas pifias en aciertos, pues la fuerza de la condición cubana es tan poderosa que los seres alados de otro mundo la acompañan.

Parecía algo irrealizable ver a la pelota cubana en un escenario tan exigente como LoanDepot Park, porque llegar hasta aquí, beisboleramente hablando, parecía tan difícil como una quimera. Pero el Team Asere, después que se despeñó a lo profundo del abismo, con dos derrotas consecutivas en las mismas jornadas iniciales, supo salir de allí, para devolverle la ilusión al universo de la cubanidad. Paso a paso fue diseñando su presencia aquí.

Hoy viste su camiseta en nombre de los que viven en la Isla, de los que residen en Miami, pero no solo de esas geografías, las cuales hospedan a la mayoría de los que nacieron en la ínsula caribeña, también han llenado de orgullo cada centímetro del lugar donde habita un cubano.

Siempre he dicho que, por encima de las diferencias –sería muy aburrido el mundo si todos pensáramos igual– la pelota nos une, como lo hace un plato de arroz con frijoles. Ella es nuestro congrí, por eso la familia que saldrá mañana a la grama del bello parque miamense, sea o no favorita frente a Estados Unidos o Venezuela, lo hará por todos nosotros.

Ojalá que gane y llegue a la final, como en el I Clásico Mundial. Pase lo que pase sobre el terreno, el orgullo se nos hincha en el pecho. Esta unión, en la cual la Major League (MLB) y el propio Gobierno de Estados Unidos dieron pasos importantes para cristalizarla, por el bien del beisbol y del propio torneo, es ya protagonista desde su nacimiento.

Así como han escalado posiciones en la presente justa mundialista, este primer paso hará crecer la historia. Hoy fueron Robert, Moncada, Ibáñez…, mañana pudieran ser otros de las Grandes Ligas, o de las temporadas nacionales cubanas. Y si no lo son, pues ha de respetarse la decisión de cada quien a participar o no. Hoy, por lo que se respira e inspira el Team Asere, son más los que desean que esta historia continúe.

Por supuesto que no se debe resumir en avanzar o ganar en una competencia, sobre todo, porque, como esta, al margen de la indiscutible calidad de los jugadores de la MLB, estos no hallan en marzo su mejor forma, pero son exigidos en un formato de competencia, en el que cada día están jugando un partido de play off.

Eso tensa al pelotero, incluso pueden sobrevenir lesiones, como la del cubano Andy Ibáñez, y la muy lamentable sufrida por el boricua Edwin Díaz, el mejor cerrador del beisbol estadounidense en las últimas dos temporadas, jugando con los Mets de Nueva York.

En el orden doméstico, el V Clásico Mundial de Beisbol debe ser una motivación para enmendar deficiencias en la manera de hacer nuestra pelota, porque ella tiene calidad, nadie lo duda, pero debe gestarse en un ambiente de creatividad, de iniciativa, que compulse al jugador a querer y amar a su liga, y que esta contribuya a su superación profesional. Esa visión no está reñida con el proceso de contratación de jugadores en otros circuitos, incluyendo la MLB –si se abriera ese camino–, como ocurrió el 19 de diciembre de 2018, con la firma del también histórico acuerdo entre la Federación Cubana de Beisbol (FCB) y la MLB para la contratación de peloteros cubanos en cualquiera de los 30 equipos de esa organización.

Aunque el Acuerdo se rompió tempranamente, en abril de 2019, por decisión del entonces gobierno de Donald Trump, el Team Asere y la manera en que ha representado a todos los cubanos, en cualquier parte del mundo, es una convocatoria para repensar esa relación. Recuperar el acuerdo es también sentir el mismo orgullo que hoy experimentamos cuando un pelotero cubano brilla en una de las franquicias de la MLB o en los equipos de la Liga Profesional Japonesa. La cubanidad, es decir, ser un buen cubano, está hoy en Cuba, en Miami, en todo el mundo, y el Team Asere la ha puesto en su uniforme.[/bg_collapse]

Por Granma