Guantánamo – En San Antonio del Sur todos tienen su propia historia que narrar, historias de heroicidad, valentía, miedos, muertes, resistencia y esperanzas.
Y cada una de las historias comienza el 20 de octubre de 2024 cuando los vientos y las lluvias intensas de lluvias del huracán Oscar desbordaron los ríos de San Antonio del Sur y las aguas y el lodo sepultaron prácticamente todo.
Equipos electrodomésticos quedaron inservibles, aunque sus dueños se empeñan en limpiarlos y secarlos con la esperanza de poderlos recuperar; también las camas y los colchones enlodados, los muebles, las pertenencias personales, todo lo que tardaron una vida para tener, fue arrastrado por las aguas en un instante y lo que quedó atrapado dentro de las viviendas, en una cerca, en el camino más abajo poco o nada puede hacerse para devolverle el uso o el esplendor.
Pero lo irreparable de esa noche es el silencio y el vacío de la muerte. Porque esa noche dejó a un hijo sin la madre o sin el padre, o al vecino sin un amigo. Esa noche dejó alguien una angustia que solo pudo calmar con su propia muerte.
Duelen las imágenes del San Antonio del Sur de hoy pero ahora mismo hay un pueblo allí que sobrevivió a la noche más oscura y nefasta.
Y aunque algunas historias tienen más dramatismo que otras, o se cuentan con un mayor nivel de detalles o se han hecho virales tras su salida en la televisión nacional, éstas que les comparto, en el blog Historias de Vida son también las historias de Ramona Gilbert Legrá, a quien todos le llaman Monga y de Iván Caballero, un poblador de Macambo, cuya vivienda quedó prácticamente sepultada por el lodo.