Guantánamo – Es difícil entrevistar a otro periodista. Me reta insistente Mabel Pozo Ramírez. Sabemos que lo es. Ella dirige el sistema de la radiodifusión en la provincia ya por 13 años. No es un lecho de rosas.

Son cinco emisoras en Guantánamo… Contando la provincial CMKS, que transmite durante 24 horas, en conjunto con las municipales de Baracoa, Caimanera, Imías y Maisí, se emiten 68 horas de programación diaria. “Se hace aunque es difícil, porque la gente de la radio tiene mucho sentido de pertenencia”, admite orgullosa la directora. Y los presupuestos no son holgados.

Estudiar Periodismo, sin embargo, confiesa, fue decisión asumida siendo alumna del último año de la Vocacional de Ciencias Exactas, que prefería la Física, e incluso, dice, aún siente arrastrar una deuda con la Sicología, que entonces se cursaba en la distante Villa Clara. En el ínterin fue seducida por buenas clases de “seños” de Literatura y las conversaciones condiscipulares, que la acercaron al gusto por la comunicación oral de diversos temas.

Escuela de radialistas

El caso es que al concluir los estudios en la Universidad de Oriente retornó a su natal Guantánamo para cumplir el Servicio Social, como corresponsal de la emisora radial CMKS, en el municipio de Manuel Tames.

Primera vez en ingresar a un central azucarero, conversar con obreros de industria, macheteros…, intercambiar con sencillos trabajadores de otros diversos sectores, contribuir a la vida cultural de la localidad…

“Fue una primera experiencia que, junto a las enseñanzas profesionales de otros colegas experimentados de la emisora, me marcan para siempre también como persona: Martha Reyes, Antonia Rodríguez, Xiomara Grave, Labañino, El Gallego, Nelsa Luque, Guilarte, Ana Ibis… una gran familia… Gente con pasión por la radio, disciplina, pulcritud, ética…

“De ellos recibí mis primeras críticas y elogios, enseñanzas… Y todos aportaron a mi formación antes de pasar una escuela de preparación como posible cuadro. “Llegué aquí como jefa de redacción y trabajé con periodistas experimentados, que sabían más y eran mayores que yo, en un intercambio mutuo.

“Tuve la experiencia de la introducción de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Nos dan la misión de empezar a sacar el sitio web de la emisora. Y me honra decir que estuve entre las personas que a finales de los 90 en la radio lo hicimos, aprendiendo, estudiando y trabajando mucho, con una sola computadora.

“Después del informativo pasé a trabajar en programación; ser subdirectora me amplió la visión de la radio, más integral. Entender que un producto radiofónico queda bien si todos los que nos implicamos le dedicamos atención, pasión… Me enseñó a trabajar más en equipo, una visión más abarcadora, que después tributo al informativo al retornar a él al frente del mismo”.

Donde el sol comienza a hablar

Cuando se le pide contar otra gran experiencia en su vida periodística Mabel menciona la creación de la emisora La Voz del Sol, en La Máquina, cabecera del municipio de Maisí, el más oriental de Cuba.

Expresa Mabel que Maisí le proporcionó ver y hacer nacer algo desde sus mismos cimientos. “Fue crear, forjar, enseñar, educar”, expone entusiasmada y continúa: “Fueron cinco o seis meses intensos en 2004 cuando varios compañeros debimos trasladarnos allí como profesores en diferentes materias radiales, comandados por Danay, subdirectora de programación. “

Yo me incorporé como profesora en Periodismo, y a la vez debía generar personalmente contenidos para las emisiones. El mes de noviembre se inauguró la emisora, iniciada en una pequeña cabina improvisada, detrás de la biblioteca municipal, como un estudio de corresponsalía.

“Gracias al programa de la Batalla de Ideas, orientado y encabezado por Fidel, la emisora contó con un local propio con mejores condiciones. Pero los inicios fueron modestos, con muchas difi cultades, lo que demandó esfuerzo y decisión, tanto de nosotros como del personal de Maisí.

“Pude conocer allí la vida en el campo. La gente magnífica, donde quedaron relaciones humanas muy fuertes con la población. Y, por supuesto, me siento parte de lo bueno y lo malo que puede tener esa emisora y su ascendente quehacer”.

La conclusión de esa etapa y el retorno a la ciudad de Guantánamo, considera Mabel, contribuyó a enriquecer su labor en el Departamento informativo y su ulterior paso a la Dirección del sistema radial guantanamero.

Explica que lo más difícil de dirigir es poner de acuerdo a todos para el trabajo colectivo. Es sentirse responsable de lo que le sucede a cada trabajador, tanto laboral como socialmente. “Lo más duro que me ha sucedido es perder a alguno”, dice reflexiva.

Períodos de prueba para nuestro colectivo familiar fueron en esa etapa el huracán Matthew y la pandemia. Nuestros radialistas crecieron. Mantener el legado de los que estuvieron antes en la radio es para Mabel el principal logro de estos años bajo su dirección. Fortalecen y estimulan los reconocimientos recibidos, tanto individual como colectivamente, en la provincia y los niveles superiores de la actividad.

El reto sigue siendo incrementar la participación del público desde las comunidades, no solo acompañarlo como siempre lo ha hecho la radio guantanamera. Ser más inclusivos y diversos. “Trabajamos con la gente y por la gente”.

Y es la decisión que prevalece entre los capítulos radiales protagonizados en el trecenio de dirección de Mabel en Guantánamo. Y resulta más difícil lograrlo que este diálogo entre periodistas, que llega al cierre. Confiamos que feliz.

Autor: Victor Hugo Purón Fonseca

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