Guantánamo – Una escultura en bronce a la suiza Enriqueta Favez, primera mujer con vestimenta y falsa identidad masculina que ejerció la medicina en América, quedó expuesta al público en la sala teatro de la Casa de la Cultura municipal Cecilio Gómez Lambert, en la ciudad de Baracoa, primera Villa cubana.

A la cita asistieron miembros de las asociaciones culturales baracoenses, así como reconocidos artistas y escritores, entre ellos la destacada poetisa, promotora cultural y ensayista Carmen Serrano Coello, quien donó las primeras ediciones de la Revista Maguana a la Biblioteca local Raúl Gómez García, para su uso como material de consulta obligada para los creadores del municipio.

La pieza de Enriqueta Favez, obra de los artistas José Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas 2008, y del joven escultor tunero Gabriel Raúl Cisneros, es una réplica de la imagen inaugurada en febrero de dos mil 23 en la Alameda de Paula de La Habana, en ocasión de conmemorarse el aniversario 204 de su llegada a Cuba.

La escultura fue develada el 8 de junio de citado año en el vestíbulo de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Guantánamo y luego ubicada de forma temporal en el Bulevar de la sexta urbe más poblada del archipiélago cubano.

Su destino final será el paseo peatonal del bulevar de Baracoa, frente a la sede del órgano de Gobierno en la Ciudad Primada.

Las pesquisas sobre Enriqueta Favez, revelan que estudió Medicina en la Universidad de La Sorbona en Paris con la vestimenta e identidad de un oficial del regimiento al que pertenecía su difunto esposo y durante las Guerras Napoleónicas trabajó como cirujana hasta su captura en España por tropas británicas.

Al ser liberada viajó a Cuba para comenzar una nueva vida bajo el nombre de Enrique Faber y se asentó en Baracoa en marzo de mil 819, donde ejerció la Medicina.

Allí se casó con Juana de León, una mujer baracoense consciente esta del verdadero sexo biológico de su cónyuge, hasta que el secreto fue descubierto y terminó condenada en uno de los juicios más famosos de la época, luego enviada a prisión en el Hospital de Mujeres de San Francisco de Paula, en La Habana, y expulsada a Nueva Orleans, donde asumió el nombre de Sor Magdalena para prestar asistencia médica a los pobres.

Su historia motivó la realización del largometraje cubano de ficción Insumisas, del multipremiado director Fernando Pérez.

(Con información de Radio Baracoa)

Por Jorge Cantalapiedra Luque

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