La calma parece regresar hoy a Francia después de una semana de violencia y disturbios, que siguieron a la muerte de un adolescente de 17 años durante un control policial.
No existen reportes de graves incidentes en la noche de ayer y la madrugada de este miércoles, por primera vez desde el martes pasado, cuando un agente mató de un disparo a Nahel en el distrito de Nanterre, en la Región Parisina.
El trágico hecho atizó el malestar y las denuncias de violencia policial y discriminación, de las que se hizo eco la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que llamó al gobierno a atender el tema.
Como resultado de las protestas y de los actos vandálicos protagonizados por jóvenes en este contexto, fueron detenidas más de tres mil 600 personas, la cuarta parte de ellas procesadas y 380 encarceladas.
La víspera, el presidente Emmanuel Macron se reunió con 240 alcaldes de comunas afectadas por la violencia, a quienes anunció una ley para la rápida recuperación de los daños.
Asimismo, consideró que el pico de las tensiones quedó atrás, aunque pidió prudencia y atención a lo que pueda suceder en los próximos días y semanas.