La lucha grecorromana de Cuba logró actuación perfecta en San Salvador, con los cetros de sus seis integrantes, resultado que supera al de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 y pone el listón alto para futuros compromisos.

Es un elenco muy unido, sacrificado, de mucho empuje y que lo hemos visto madurar; con proyecciones de notables resultados a pesar de dificultades presentadas en su preparación, aseguró Raúl Trujillo, jefe de entrenadores.

Con pronósticos que no apuntaban al logro de todas las coronas en la justa, la competencia en la Cuna del Mágico, en esta ciudad, demostró el nivel de los atletas cubanos, incluso ante combates complejos.

Para ser campeón hay que ganarles a todos, no pueden existir justificaciones en torno al sorteo o el árbitro; tienes que ser el mejor, aseveró el estratega.

Gabriel Rosillo, de la división de 97 kilogramos (kg), tuvo un regreso exitoso tras un largo tiempo de lesiones.

Después de un año y dos meses sin estar encima de un colchón estoy muy orgulloso de mi sacrificio porque gracias a eso tengo mi medalla, apuntó.

Al principio tenía cierto temor porque no sabía cómo iba a empezar esta competencia, y fui cogiéndole el ritmo, expuso a la prensa.

En la pelea final me apuré mucho en sacar al hombre de la zona y me costó cuatro puntos; en el segundo tiempo, en la esquina, mis entrenadores me dijeron que cogiera calma y saliera a buscar punto a punto para lograr el objetivo, detalló.

Sin dudas 2023 es mi renacer y seguiré para adelante con vistas a los eventos venideros, dijo el medallista mundial y campeón de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Daniel Gregorich (87 kg) acotó, por su parte, que todo triunfo siempre constituye motivo de celebración.

No fue esta una de mis mejores competencias, realmente no estaba en una buena forma; pero salió el resultado ante el colombiano (Carlos Muñoz), dijo el medallista mundial y nuevamente monarca centroamericano.

Se está viendo el resultado del quehacer del equipo y estoy seguro que daremos grandes sorpresas, añadió.

Restan este año el Campeonato Mundial de Lucha en el mes de septiembre, clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París 2024, y los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile; y sin dudas este ciclo es definitorio para mí, por lo que voy a apostarlo todo, remarcó Gregorich.

El jovencito Kevin de Armas, de los 60 kilogramos, remontó la desventaja inicial en su enfrentamiento y con garra pudo adjudicarse la corona frente al mexicano Samuel Gurria.

Detrás de cada victoria hay mucho sacrificio, sudor, dolor y trabajo con los entrenadores y mis compañeros, comentó el camagüeyano.

Por eso cuando recibí la medalla pensé que vale la pena todo lo dejado de hacer, cada “no” dicho y el esfuerzo, precisó feliz mientras sostenía su presea.

Este es un ciclo que comienzo y mi meta radica en subir poco a poco hasta llegar a la cima, que son los Juegos Olímpicos, mi propósito como atleta y persona, enfatizó.

Sobre la cita continental en Santiago de Chile el jefe de entrenadores valoró que aspirar a las seis medallas “resulta un poco más difícil, pero no imposible; siempre hay que mejorar algunas individualidades”.

Muchos países se preparan muy bien y nuestra aspiración es siempre darle lo mejor a Cuba y al pueblo, refirió.