Toma del Cuartel de Imías contribuyó a la victoria definitiva

El 14 de noviembre de 1958,  hace 65 años, tropas al mando de  Efigenio Ameijeiras y Félix Pena tomaron  el Cuartel de Imías y liberaron el poblado, el cual hasta ese momento era una de las posiciones mejor defendidas por el ejército que impedía el avance rebelde.

Meses antes, en ocasión de  la huelga del 9 de abril, el Comandante Raúl Castro Ruz, jefe del II Frente Oriental Frank País, encomendó al capitán Ciro Frías Cabrera el primer ataque a ese baluarte enemigo, donde cayó heroicamente.

Transcurrido  un tiempo, el 11 de junio de 1958, hubo una segunda tentativa de asaltar ese enclave, pero la acción no tuvo éxito.

En noviembre nuevamente las tropas rebeldes se aprestaron a llevar a cabo otra operación, la cual  condujo a la victoria,  y la nombraron Ciro Frías Cabrera en honor al bravo combatiente, de quien afirmó Raúl al conocer su muerte: “Hemos perdido a uno de los hombres más valientes de la tropa”.

Desde el 13 de noviembre, la emisora Radio Rebelde transmitió las órdenes del Comandante en Jefe Fidel Castro a todas las fuerzas, con el fin de impulsar las acciones contra la dictadura de Fulgencio Batista durante la Ofensiva Final.

Raúl había ordenado la toma de la estratégica posición enemiga y el 9 de noviembre  el cerco se fue consolidando y de forma progresiva las fuerzas rebeldes incrementaron el hostigamiento al cuartel, y ya en la noche del 13  conminaron a la guarnición a rendirse, pero recibieron una andanada de fuego como respuesta.

La misión no resultaba fácil, ya que más de 100 soldados lo defendían, y había sido reforzado por hombres que  desembarcaron desde una fragata y avanzaban hacia el poblado, a pesar de encontrarse cercado, gracias al apoyo de los cañones de la  unidad naval  y  el gran volumen  de fuego de  fusiles automáticos, ametralladoras y bazucas.

No obstante, el mando rebelde fortaleció el cerco al enclave militar, que contaba con superioridad en armas y defensores.

Las fuerzas guerrilleras en su asalto tuvieron que combatir fuertemente contra los soldados, que se defendían desde trincheras con un nutrido fuego, respondido con efectividad por los rebeldes mediante un improvisado cañón de 20 milímetros.

Para el combate final, el Raúl Castro envió un contingente dirigido por el Comandante Efigenio Ameijeiras  con el propósito de apoyar al Comandante Félix Pena y sus hombres, quienes estaban rodeando el baluarte enemigo y solicitaban refuerzos.

Así, sin otra salida que la rendición, la tropa del Cuartel de Imías  acató su derrota el 14 de noviembre y el poblado fue declarado territorio libre. Se le prendió fuego al odiado inmueble, escenario de crímenes y torturas durante muchos años.

Constituía una cuestión de honor para los combatientes revolucionarios lograr la victoria. Aquello resultó un cruento combate, donde prevaleció el derroche de valor y heroísmo.

Como resultado de la acción las tropas rebeldes tuvieron 12 heridos, mientras los soldados de la tiranía sumaron cerca de 30 muertos y más de 30 heridos, 60 fueron hechos prisioneros y se ocuparon  alrededor de 100 fusiles, varias ametralladoras, un mortero, una bazuca, equipos de comunicación y municiones.

Con esos medios el Ejército Rebelde tuvo mejor capacidad de combate y consolidó el cerco a  Santiago de Cuba. A su vez, representó  una de las acciones más significativas del II Frente Oriental Frank País y contribuyó al triunfo definitivo del Primero de enero de 1959.