Luis Enrique Zayas

Una mezcla de tranquilidad, suspenso y frustración aderezó la actuación cubana en la sesión matutina de este domingo en el XIX Campeonato Mundial de Atletismo 2023, sellada con dos avances a finales.

La más tranquila resultó la velocista Roxana Gómez con su avance a semifinales, mientras las candidaturas a medallas las propusieron la discóbola Silinda Morales y el saltador de altura Luis Enrique Zayas.

El santiaguero sufrió lo indecible para subirse al tren de los finalistas y mantuvo en tensión extrema a sus seguidores. Necesitó 10 saltos para superar la varilla a 2,28 metros, el límite que definió a los 13 aspirantes. No hubo que extenderse hasta los 2,30 que marcaban la clasificación expedita.

El campeón panamericano de Lima 2019 renunció a los 2,14 metros, pero para sorpresa de muchos firmó par de fouls sobre 2,18. Después de vencer los 2,22 sin sobresaltos, pasó sobre 2,25 y los 2,28 in extremis, para asegurarse la última plaza.

«Fue muy dura la clasificación, no corrí bien. Tengo que perfeccionar la posición final de entrada para el salto, lo fundamental para la técnica arriba», dijo a JIT luego de una prueba de casi tres horas de duración, en la cual contó con el apoyo desde las gradas del cubano recordista mundial Javier Sotomayor.

«Ya pasó este momento. Ahora a enfocarme en mejorar lo malo que hice. Quiero que la final sea mejor que la del año pasado», agregó Zayas, sexto lugar en Oregón 2022.

El público presente disfrutó cómo el catarí monarca olímpico de Tokio 2020, Mutaz Essa Barshim, casi «jugó» con el resto de los concursantes. Impresionante su economía de saltos, al vencer las alturas de 2,22, 2,25 y 2,28 metros sin fallar.

Diferente historia vivió el otro monarca de Tokio 2020, el italiano Gianmarco Tamberi, cuyas presentaciones siguen siendo un disfrutable show entre aplausos, saludos al público y movimiento constante mientras espera cada turno.

Esta vez su particular fiesta se extendió más de lo esperado, dados sus fallos en 2,25 y dos en 2,28. «Con el agua al cuello», venció la marca. Junto a él suspiraron cientos en el estadio y millones en el mundo, que esperarán otro pulso histórico con Barshim en la noche del venidero martes.

SILINDA CUMPLIÓ

Sin impresionar sobre el círculo, Silinda Morales cruzó el umbral que la separaba de la final del lanzamiento del disco con un envío de 62,73 metros, en el rango de lo esperado para su debut en la cita.

Ese registro le ubicó en el noveno renglón de un listado de 12 finalistas, que tuvo en su puesto más alto a la estadounidense reina olímpica Valarie Allman, quien envió con comodidad el implemento hasta los 67,14 metros.

Hilda Elisa Ramos, preparadora de la camagüeyana, aseguró que para este difícil primer momento se comportó como esperaban, aunque debe corregir errores en sus movimientos dentro del círculo.

«Estaba como resbalando y por eso el primer disparo de foul. Luego se contuvo para evitar otro intento nulo que la pudiera presionar. Eso la hizo aguantar el movimiento», describió la experimentada entrenadora.

CAL Y ARENA EN LA PISTA 

Roxana no se exigió demasiado para cubrir los 400 metros en 50,86 segundos, valido para el segundo puesto de su heat y una buena dosis de confianza de cara a la semifinal de este lunes.

La dominicana Marileidy Paulino, subtitular de Tokio 2020, firmó el único registro por debajo de los 50 segundos (49.90). Dada la ausencia de la estelar estadounidense Sydney McLaughlin-Levrone y el discreto desempeño de Uibo –no superó la primera instancia–, comienza a “oler a oro”.

Lamentablemente, la inexperiencia pasó factura a Yunisleidys de la Caridad García, por primera vez codeándose con la élite de la velocidad en los 100 metros. A la espera del disparo, los nervios le traicionaron y su salida en falso fue penalizada con la descalificación en su serie.

Su llanto fue la mayor muestra de frustración para la reina centrocaribeña del hectómetro, que deberá asumir lo mejor posible esta dura experiencia, porque le restan presentaciones en los 200 metros y el relevo 4×100.

Por Jit